Había una vez un matrimonio muy joven que vivía en una cabaña, en las afueras de un pequeño pueblo,.
Víctor y erika tenían pocos meses de casados cuando la mujer recibió un llamado trágico,
uno de sus familiares había caído muy enfermo y necesitaban de su ayuda.
La joven se despidió de su esposo y partió rápidamente con el pariente que la había ido a buscar.
El hombre la vio alejarse con tristeza la amaba mucho y el viaje hacia el otro pueblo era largo.
Además se quedaba sin saber por cuantos días podría extenderse la enfermedad del familiar.
Hubiera deseado acompañarla, pero otras tareas requerían su atención, al fin de cuentas,
no podía abandonar su trabajo.A los pocos días una terrible tormenta de nieve azotó el lugar.
Cuando el joven esposo entró en su solitaria casa empapado en sudor frio, supo que pronto enfermaría.
Y así fue,el joven víctor cayó muy enfermo, la fiebre lo torturaba de día y de noche.
Haciendo un gran esfuerzo, se abrigó con una manta y se acostó junto al fogón poco a poco
el hombre fue arrojando toda la leña al fuego del hogar hasta que ya no quedó nada, ni una sola ramita.
Se puso a buscar por toda la casa mientras la fiebre le provocaba escalofríos. Finalmente encontró la vieja escoba de su mujer, y dado que tenía un aspecto tan destartalado no dudó en arrojarla a las llamas. Lenguas de fuego brotaron de pronto y un aullido estridente le taladró los oídos. De repente surgió un profundo olor a carne quemada que se volvió insorpotable.
El hombre se asusto tanto que salio corriendo bajo la tormenta de nieve . A los pocos metros, cayó de bruces, y si no hubiera sido por un vecino que lo socorrió, habría muerto congelado.
Mientras tanto la casa se había incendiado como si fuera paja seca y se fue consumiendo hasta los cimientos.
Días más tarde llegó la noticia de que su mujer había muerto quemada el mismo dia del incendio.
Todos en el pueblo aseguraron que Erika era una bruja y que había recibido su justo castigo.
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